SIETE

Está siendo una de esas semanas de calma y tranquilidad absoluta, una de esas semanas en las que todos tus compañeros sonríen, e incluso tus jefes ríen tus gracias, es una de esas semanas en las que podrías dejar el traje de chaqueta colgado en el armario y enfudarte en un maravilloso y cómodo traje de campesina americana de Idaho, preparádose para construir el nuevo granero de Little Joe.
Una de esas semanas en las que podrías dedicar tus horas libres a hacer tarjetas personalizadas con ingeniosas frases célebres para regalar a tu compañeros de trabajo.
Podríamos incluso bajar a tomarnos un café a mitad de mañana y conversar sobre apasionantes viajes al lejano oriente.
Podríamos volvernos locos, y no trabajar por la tarde e irnos a la Sierra a admirar las montañas nevadas y a respirar el aire puro.
Y cuando llegaran las siete de la tarde podríamos irnos a nuestras casas... aggghh, pdfffff, sufro un atragantamiento, he mencionado la palabra prohibida... SIETE, ese número no existe de las seis pasamos a las nueve.

Uff! menos mal pensé que perdíamos la tranquilidad de la semana solamente por la tontería de querer salir a las siete...