26.6.07

Muda & Za

Agotada, exhausta, algo despistada, siento todos los músculos de mi cuerpo, ha sido como una larga e interminable clase de pilates (aunque yo jamás he hecho pilates). Subir y bajar, hacer cajas, guardar, tirar, ordenar, y así una y otra vez, una y otra vez, como una marcha militar, como en el "Gran Dictador" (esto da un toque cultureta a la historia).

Finalmente lo hemos conseguido compañeros, he movido mi habitación, y la suya. He movido mi parte de cocina y mi parte de salón. He movido colchones, he movido muebles, incluso creo que he movido cosas que no eran mías, porque es del todo imposible que yo haya acumulado en una habitación tan pequeña tal cantidad de objetos. Tengo la sensación de haber vivido en una de esas cajas que llevan un muelle y un payaso, de tal manera que los primeros dos años de mi estancia allí, lo guardé todo detrás del muelle y después los últimos tres años lo he metido delante del payaso. Cuando hice las primeras maletas pensé, qué bien, qué facil ya está, y de repente durmiendo por la noche el payaso lo escupió todo, como una lluvia de ropa de Inditex sobre nosotros. Intentamos salvarnos pero de repente apareció la familia de rumanos que por lo visto también habían vivido con nosotros y empezaron a sacar también parte de sus cosas que tenían escondidas debajo de la cama y en fin para que os voy a contar más, nada lo habitual, diez maletas, quince cajas, dos muebles, cuatro sillas, un elefante, un león, las cosas típicas de la mudanza.

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