26.6.06

El Cambio

Tenía un aspecto desolador, una de las paredes estaba forrada con un papel de pared imitando los años cincuenta, y habían quitado todo el gotelé de la casa.
No sabía si echarme a llorar o directamente cerrar la puerta y marcharme. No nos quedaban más alternativas, no teníamos dinero y teníamos que alquilar lo más barato.

A mis padres ni siquiera les había mencionado el barrio al que nos mudábamos, siempre hemos sido de familia bien, y a mi madre le importaba mucho el qué dirán, sobre todo por parte de la familia de mi padre, odiaba a sus cuñadas, siempre criticando. Por eso se mudaron a Lavapies cuando yo tenía 5 años, justo acababan de ascender a Papá, por fin el sueño de mi madre se había hecho realidad, vivir en un barrio residencial. Sentía un nudo en el estómago, como iba a decirles que vivía en Goya, con toda la delincuencia, e inmigración a nuestro alrededor, no lo haría hasta que pasaran unos meses, algo me inventaría.

Seguí avanzando por el largo pasillo de tarima de bambú, tan gélido, y paré en el salón a dejar las primeras cajas, los objetos personales que siempre llevas los primeros para que no se pierdan con el ajetreo de la mudanza. Me sudaban las manos, una vieja television de plasma, y un home cinema de sólo tres altavoces, sólo podía pensar en los niños, como iba a decirles lo de tele, se enfadarían con nostros, ellos no entienden de dinero. Las ventanas eran grandes, de pvc, no podíamos pedirle más a un piso por ese precio, no podíamos pedir más...

Tuve que sentarme, me empezaba a encontrar indispuesta, todo viejo, todo tan antigüo, no estaba acostumbrada. Necesitaba beber un poco de agua. La cocina no era importante, Aaron y yo casi nunca cocinábamos, así que no usaríamos demasiado la vitrocerámica y la nevera américana, nos apañaríamos hasta que las cosas mejoraran, seguro que mejorarían.

Solamente había cuatro dormitorios, bueno, no pasa nada, menos espacio, así pasaríamos más tiempo juntos, antes, cuando nuestros abuelos, había menos medios, nosotros somos una familia numerosa tenemos dos hijos, no pasaba nada, seguro que íbamos a esta bien...

21.6.06

Patata

Acabo de leer una noticia que va a cambiarnos la vida a todos en un par de años, es mucho más importante que el Mundial, que las próximas olimpiadas y que las braguitas de Leticia.

" La ONU ha declarado el 2008 como el año internacional de la Patata".

Estoy nerviosísima, ¿vosotros no?, claro no me extraña, es para estarlo, la cadena de acontencimientos que se desarrollaran desde enero hasta diciembre de 2008 no va a tener fin, ceremonía de inauguración con la gran patata congelada lista para freir como mascota, los famosos carnavales de Río de Janeiro con la exclusiva cabalgata en el patatódromo, la bienal de la patata en Méjico, la tradicional tortilla de patatas gigante en villarriba, la exposición Universal de la Patata en Zaragoza, la Patatera Cibeles y Gaudí, el FIB ( festival internacional del Boniato), el Debate sobre el Estado de la Patata, el Patatut...


Yo ya he comprado mi propio bancal de patatas portátil, que se acopla perfectamente en el alfeizar de la ventana, a que esperáis para tener el vuestro!.

Feliz patata a todos!!!!!

13.6.06

Viento caprichoso

El domingo en el regreso a Madrid en el transporte más seguro del Reino de España, el tren, y en su recorrido con "menor índice" de siniestralidad, el tramo "Cartagena-Madrid", con su ya conocido paso por Chinchilla, capital del mal, tuve la suerte de ver nuevamente la " Casa de las Dagas Voladoras".
Sí, a mi me gustan mucho las películas asiáticas, también los asiáticos pero ese es otro tema, sobre todo por el misticismo que las caracteriza; los símbolos de la naturaleza que dominan a los propios personajes, los escenarios, y los propios diálogos, y ahí vamos, ahí a los diálogos.

En esta película, en concreto donde Siau Mei, bella protagonista que se hace la ciega, tontea a lo bestia con el soldado que se hace pasar por ex soldado, con nombre demasiado largo para yo acordarme, se insinua descaradamente a pesar de que la película se sitúa en un tiempo bastante lejano dónde las muchachas asíaticas no decían ni "mu" y menos, se bañaban desnudas en una charca de nenúfares, mientras el ex soldado de nombre impronunciable, se ponía las botas con el espéctaculo. Al margen de la ligereza de cascos, muy alabada por mi parte, de Siau Mei, a mi lo que más me gusta de esta película es como se tiran los trastos.
Ella dice - ¿por qué te apodan viento?- y éldice- Porque soy como el viento caprichoso, que vaga por doquier-.
Y a partir de esta frase todas las conversaciones, semisexuales o relacionadas con el amor se desarrollan con el viento por en medio.
Siau Mei le dice- Acaso el viento caprichoso, no querrá pararse a contemplar el paisaje que le rodea-. Y el ex soldado le contesta- Dependerá de hacia que lado sople el viento, ya que su capricho le hace no tener dueño, ni detenerse en sitio fijo-.
Al final, y con esto no desvelo nada de la película, se enrollan.

Por lo que después de pensarlo fríamente he decidido que a partir de hora mi técnica de acercamiento a los hombres va a cambiar y lanzo el siguiente aviso:

Se liga hablando del viento, método fácil, cómodo y sencillo,todo queda claro desde el principio.
Yo dire, ¿Eres viento caprichoso?, y sí me dicen que sí, nos ahorramos de tanto mamoneo, que ya está bien!.

6.6.06

La mujer que susurraba a los caballos

Sí, soy yo, no, no era Robert Redford a pesar de que él saliera en la película haciendo de precusor del Broke Back Mountain. Yo soy la mujer que susurra, también conocida como susurritos de Georgiiii Preozzioziiiiiii!.
Llevo cinco valiosos días con una tos infernal, que me convierte en la niña del exorcista por las noches, me retuerzo y toso improductivamente como rezan las leyendas de los jarabes. Por las mañanas cuando me levanto después de una noche del demonio, nunca mejor dicho, parezco la niña ahogada de The Ring, sí, me levanto empapada en sudor, revuelta y sin garganta, cubierta por una maraña de pelo y con la tez del mismo color púrpura que la asesina de las cintas de video.
Cuando intento emitir una palabra, solamente puedo susurrar, intento hablar fuerte, recuperar mi voz, decir palabras, pero sólo consigo emitir un leve sonido lastimero y entrecortado.
Hay personas que no me oyen, y he tenido que usar papeles, lenguaje gestual y acercamiento a oidos y orejas de desconocidos, nada recomendable.

Así que ahora soy una persona mucho más sensual, por que estoy a medio camino entre Tina Turner y Eros Ramazzoti, además me ha dicho el médico que es alergía, y me ha mandado antihistamínicos, que me han dejado en estado de trance. Por lo que definitivamente me he convertido en Courtney Love, y sí susurro a los caballos y a todo aquel que me quiera oir.