29.9.06

Arriba y Abajo

Arriba:
-Barranco, con sus restaurantes, y peñas para bailar, el pacífico, y el restaurante javier. Karina que nos acompañaba para tomar Pisco Sour.
-La huaca puclana, con su restaurante de lujo, sus danzas tradicionales, su atún a la plancha, con las ruinas prehincas de fondo.
-Larco Mar, con su mirador al pacífico, y sus estilo américano.
-Un Euro, cuatro soles
-El mercado Indio


Abajo
-Los niños pidiendo en los arcenes.
-Los taxis pitandote para que subas por un euro la carrera.
-Las secretarias (mujeres que te siven como críadas).
-El azufre de los coches.
-Las personas con los zapatos atados con cuerdas.
-Las clases sociales.
-La miseria.

19.9.06

Yo sin médula...gracias

He ido al Corte Inglés, porque al Corte Inglés hay que ir, te guste o no, te apetezca o no, o seas anti Corte Inglés, hay que ir, porque sí, porque se está fresquito en verano, o calentito en invierno.
La cosa es que yo he ido a por una plancha de viaje y ahí ha comenzado mi sospecha. Las dependientas del Corte Inglés no están vivas, son como los de la película "Coma" les han quitado la médula espinal para rehabilitar paralíticos multimillonarios y depués las han soltado por las plantas de los Corte Ingleses a que atiendan.

He entrado y le he dicho a una Señora vestida de Corte Inglés-¿Perdone, las planchas?-Sí, tercera planta-Subo escaleras mecanicas, primera planta, segunda planta...segunda planta "electrodomésticos". Gracias a mi agilidad de movimientos he podido evitar romperme una pierna al bajar de la escalera que subía hacia la tercera planta dónde se suponía, estaban las planchas, y de un salto me he posicionado en la segunda.
Busco las planchas, tardo diez minutos, soy miope y presumida, no no no me pondré las gafas, así acabe en la sección de Lladró ( Nota: jamás acabar en la sección de Lladró). Doy con las planchas, y con las de viaje, las miro, y aparece ella, la jefa de las zombies, la que no tiene médula, la medusa gigante la ameba, y le digo- Mire, quiero la plancha más barata-. Ah, sí que quieres la plancha más barata, pues jódete! vamos a empezar por las más cara y así seis planchas hasta las más económica. Además la ausencia de médula produce sordera y a pesar de que tu digas, no mire es que quiero la más barata, ella oirá sólo plancha y seguirá explicándote lo maravillosa que es la más cara. En fin al final con esfuerzo puedes conseguir lo que quieres pero cuidado muchos no salen de ahí, dice la leyenda que te atrapan en los vestuarios de los trajes de fiesta, yo por si acaso no iría.

11.9.06

TELERRICO

Si quiere usted experimentar nuevas sensaciones, si cree que no ha vivido experiencias fuertes, si su vida carece de sentido...

ALQUILE UN PADRE QUE SE EQUIVOCA AL MIRAR LA QUINIELA Y SIENTASE MILLONARIO DURANTE CINCO LARGOS MINUTOS!!!!. (Y todo ello sin moverse del propio salón de su casa.)

Es tan fácil como ir a una casa de Loterías y apuestas del estado, y escoger la plantilla correspondiente a "Quiniela de fútbol", nunca la confunda con "Quiniela Hípica", ya que no sería la misma sensación.
Rellene dos columnas, no sea rata que vale solo un euro. Hágalo sin pensar, no lea los equipos- ¿Para qué?- si nunca toca.
Olvide la quiniela dos semanas en el fondo de su bolso, mochila, monedero, cartera, o utensilio que usted prefiera.
Sáquela cuando vaya a visitar a sus progenitores y désela a su padre, nunca a su madre, podría crear una mayor sensación de euforía y tendría efectos secundarios negativos para su organismo.
Deje libertad a su progenitor, para que elija el método de comprobación que más le apetezca, a ser posible, que utilice varios papeles con el objeto de que se genere cierta confusión.
Mientras tanto, pierda usted el tiempo, cortándose las uñas, o limpiando los cristales de la cocina.
Regresa al cabo de 10 minutos y ...
Su padre le comunicará muy seguro de si mismo que: " HIJA NOS HA TOCADO".
Y sí, su padre se lo jurará y perjurará y usted experimentará calor y una risa nerviosa, verá a su madre en el sillón de al lado abanicándose, y ambas se mirarán y se reiran como hienas enloquecidas.
Pasado el primer minuto, usted comprobará los aciertos, y dejándose llevar por la emoción creerá que le ha tocado y entonces sentirá nauseas y lo que vulgarmente se conoce como..."caquita".
En el cuarto minuto usted mirará de nuevo el teletexto y le bailarán ciertos resultados, experimentará frío, y en el minuto cinco verá que su señor padre se ha equivocado.

No deje de probar este nuevo producto!, no se arrepentirá!, si llama usted ahora, le regalaremos el sentimiento de querer ser rico inmediatamente y un inicio de ludopatía para compensar su derrota.

No lo piense más, marqué el 906 33... ....

4.9.06

Hattel y Brettel

Me siento en la obligación de desvelar la verdadera historia del famoso cuento de los hermanos Grimm "Hattel y Brettel".
Hattel y Brettel en realidad no eran hermanos, no, simplemente habían coincidido por las casualidades de la vida en Berlín y se habían hecho amigos, pero como vendía mucho más la historia de que eran hermanos y que se los iba a comer una malvada bru...ups, perdón casí cuento el final, habían decidido contarlo de esa manera.

Hattel era un apuesto mozalbete, nada de un niño pequeño, estaba ya en plena pubertad, y apuntaba maneras desde pequeñito en el mundo de las leyes. Había pasado su infancia en tierras lejanas, dónde nunca llegó a integrarse del todo dado sus marcados rasgos arios. Su familia había decidido mandarlo a Alemania a pasar el verano y se alojaba en un péqueño apartamento en Leipzigerstrasse.

Brettel era una preciosa muchacha americana de Harvard, que tras varios años viviendo en Bruselas, había decidido regresar a su país y se encontraba de paso en Berlín. Casualmente Brettel fue a parar a la misma casa de alquiler donde se alojaba Hatten.

Hattel y Brettel se lo pasaban de maravilla conjugando verbos en alemán, eran unos apasionados de la lingüistica y tenían amplias dotes para los idiomas, paseaban por los alrededores berlineses, y disfrutaban de largas siestas...

Una noche Hattel y Grettel decidieron salir a cenar, y un malvado brujo les ofreció un suculento codillo en mal estado. Hattel y Bretel no pudieron rechazarlo ya que estaban hambrientos de tanto estudiar declinaciones y lo devoraron entero.
Cuál fue su sorpresa al ver que sus dos estómagos empezaban a retorcerse, sufriendo todo tipo de punzadas y latigazos.
El malvado brujo cocinero, intentó retenerlos pero aparecío en ese preciso instante "Basita Bernal", el hada de los novios y los rescató llevándoles a su cómodo apartamento de alquiler en pleno centro de Berlín, ofreciendoles, unos supositorios de paracetamol milagrosos.

Hattel y Brettel muy agradecidos recitaron varios poemas en aleman, y Hattel deleitó al hada buena con sentidos piropos- bisbaltttt-flisflanttt-hangesfiet- que sólo él sabía lo que significaban, pero que demostraban un sincero agradecimiento.

El hada de los novios se despidió agradecida porque había quedado con un irlandés y Hattel y Brettel decidieron mudarse a Madeira porque en Berlín hacía ya mucho frío.
Y aquí termina el cuento, que como veréis, no tiene mucho que ver con casitas de chocolates, ni brujas malas, y sobre todo nada que ver con hermanos, Hattel y Brettel eran no eran hermanos...