11.7.05

Mi domingo y el lanzamiento de natillas


He decidido contar solamente cosas personales, por que no tengo imaginación para inventarmelas y como además dos o tres veces por semana me pasan cosas curiosas como las de ayer domingo, no me va a hacer mucha falta.
De ahora en adelante, cambiaré los nombres de mis amigos por si se sienten ofendidos, aunque daré todos los detalles necesarios para que todo el mundo sepa quienes son.

Me levanté a las 14:25, y había quedado para ir a la recién estrenada casa de las Tablas de mis "únicos amigos casados", que tienen piscina. Tras abrir un ojo y bajar una pierna de la cama sonó el teléfono, mis amigos, con los que, mierda había quedado a las 14:45 en Plaza Castilla. Salí corriendo directa y sin pensarlo al Chino de debajo de mi casa a comprar unas patatas y algo de postre. Postres, así, lo que se dice postres, decentes, en los chinos, pues como que no hay, y decidí ir a lo seguro, natillas danone de chocolate. Juro que miré la fecha de caducidad, pues de repente voy a pagar al amable señor de sonrisa permanente y veo que agarra mis natillas las mira, y las lanza a la papelera de helados camy que tenía en la puerta, abre la cámara frigorífica, coge otras las mete en la bolsa y me dice: 6 euros. Creo que no me dió tiempo a reaccionar, creo, por que no le dije nada y solo pensaba en que llegaba un poco tarde y salí corriendo para el metro obviando los métodos de control de caducidad de estos nuevos supermercados locales.
Bajé el ascensor, por que tengo la suerte de bajar en un habitáculo de 1 metro cuadrado junto con 12 personas mas en pleno verano para coger la linéa 10 y oh! que suerte!, el metro que llegaba, y yo que corría y claro la bolsa donde iban las patatas y las natillas, pues era de un plástico fino casí transparente y empezaron a caer natillas por el suelo, pero como a mi solo me importaba el metro, la resaca, la comida y por supuesto la piscina, ni me di cuenta. Una vez sentadica y contenta por haber sido capaz de coger mi metro y sin darme cuenta de que hábía soltado lastre veo a una familia lanzadome natillas de chocolate mientras cerraban las puertas, no me lo podía creer, me entró una risa nerviosa acompañada de una pequeña dosis de verguenza, que aumentó cuando ví que mientras me alejaba había dejado otro par de natillas en el pasillo del metro junto con mi paquete de tabaco.
No se si esta parte es la mas importante de mi día de resaca por que cuando llegué a Plaza de Castilla con mis patatas, mis medias natillas y mi bolsa rota, inicié mi escalada hacía la salida, y como estoy en operación bikini me subo todas las escaleras andando, las mecánicas claro, y subía yo con mis chanclas hawaianas y me clave toda la escalerita en la uña del dedo gordo, claro, no me di cuenta hasta que me miré los piés y tenía uno blanquito y uno rojo, en fin que intenté que me dieran agua oxigenada o derivados en el metro pero solo conseguí que el señor que vende los tickets se pusiera muy nervioso por la sangre, lo que me produjo muchas mas risa que la que me había hecho el chino, y el lanzamiento de natillas y decidí hacer odios sordos de mi accidente comprarme un botellin de agua y limpiarme la herida que no voy a dar detalles pero era un poco desagradable.
Salí del metro me monte en el coche de mi amigo, el marido de mi amiga, llegúe y me bañe en la piscina.

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