ZEN

Después de la semana demoníaca que sufrimos, digo sufrimos por que somos unos cuantos, he hallado la paz, no se exactamente en que momento alcance el punto zen, pero llegó.

Lo he meditado y creo que fue después de ir a la peluquería el viernes.
Mari Jose era mi peluquera, yo la quería, no tocaba en un conjunto beat, pero la quería mucho, teníamos una conexión, ella me decía - bonita yo se lo que te sienta bien- , y yo me dejaba llevar por sus tijeras.

Mari Jose tenía un novio militar mas jovén que ella, y querían irse a vivir juntos, ella estaba esclavizada en esta cadena de peluquerías donde no la dejaban realizarse como jefa suprema que era y genía del peinado. Yo sabía que el momento del mal llegaría y fue este viernes.

Entre tranquila confiada, se que Mari jose me cuida, y NO ESTABA!!!!!!!, no estaría más, no tuve tiempo de reacción, necesitaba urgentemente un corte de pelo... no me podía marchar, ya no había tiempo...

Caí en manos de la malvada bruja del sur, con trenzas en el pelo haciendo honor a sus orígenes, intento hacerme daño de maneras sutiles, quemando mi linda cabecita con agua hirviendo mientras hacía que me la lavaba, golpeandome contra el lavabo gigante donde te hacen poner la cabeza, mientras decía- ay, perdona es que si no te subes un poco mas....-
Después no me quiso secar el pelo y me fui chorreando a la silla de corte ( potro de tortura en este caso), yo le pedí con la boca pequeña que me secara, me estaba mojando, y la grandisima hija de la gran.......................p..............me dijo que el agua no manchaba, tortura psicologica, no te damos la razón en nada no seas paranoica.

Me pregunta que me quiero hacer y yo le explico claramente lo que quiero, quiero ser un dibujo manga, y me dice, no te entiendo y si sigues así no te lo voy a saber hacer, que pena que me he dejado el puño americano en casa por que claro en ese momento se hubiera quedado sin dientes.

Sigue su tortura esta vez física, me corta lo que le da la gana, yo chillo y me retuerzo ella amenaza con dejarme medio cabeza cortada, media sin cortar, yo pongo cara de oso pardo en peligro de extinción, y ella me ignora.

Termina, si se puede llamar terminar, ya había hecho su labor, había ganado me había tumbado, iba llena de trasquilones...pagúe y le gruñí ,casi casi le escupo, estaba tan cabreada que parecía un toro bravo por la calle.

Llegue a casa y de repente todo se pasó, me imagine con una cortadora de pelo rapando a la peluqera maldita tipo Matanza de Texas.

Me relaje y me dormí, y ahí comenzó todo... la paz.