15.11.05

Erase una vez

Y sopló, y sopló y hasta la isla de Gran Canaria, llegó.
Las dos princesas cisnes, Lady lili, y Lady bala roja, visitaron al encantador amo del calabozo Messie Incansable, ese pequeño elfo cartagenero que recibió en su nacimiento el don de la hiperactividad.
Las princesas cisnes le adoran y le visitan cada vez que sale el tijeretazo aviar, todo son sorpresas y grandes celebraciones en sus encuentros y las princesas cisnes pierden 10 0 12 kilos por la frenética vida social a las que el elfo cartagenero las somete.
El elfo cartagenero siempre ofrece a las princesas cisnes, fornidos y apuestos pretendientes en plena pubertad, pero las princesas cisnes, son doncellas modernas que prefieren vivir su propio cuento sin ataduras y relaciones a distancia complicadas y ciertamente infructuosas ( -recalca la princesa cisne Lady Lili-).
La grata sorpresa fue el gran evento juglaresco llamado WOMAD donde miles y miles de juglares con sus flautas y sus perros, con atrevidos peinados en forma de rasta, bailaban alegremente al son de extraños tambores y timbales, ciertamente según relataba el pequeño elfo cartagenero traídos de África.
Las princesas bailaron frenéticamente al son de los juglares djs, hasta altas horas de la madrugada todos los días del fin de semana, acusando los efectos de jugo de cerveza que se vendía en todos los puestos del mercado.
El dios del sol las castigo por haber dedicado todo su viaje a la indecente vida nocturna, mándandoles lluvia y nubes negras. Las princesas cisne, que son muy osadas, no hiceron caso a las señales divinas y decidieron ir a la playa y quitarse todas sus plumitas para recibir los placeres del mar, pero el dios del sol que las había observado todas las noches, les mandó un chaparron.
A pesar de los contratiempos y los maleficios recibidos las princesas visitaron el palacio del vizconde de los bancos y nuevamente a pesar de los estragos del jugo de cebada volvieron a disfrutar de los placeres nocturnos.
Muy muy cansadas, sobre todo la princesa cisne lili, casí sin plumas pero muy felices se despidieron del pequeño elfo cartagenero con unas papas con mojo, pata y pulpo.
Casualmente el mismo día de la partida de las princesas el sol salió, y colorín colorado las princesas cisnes ya han llegado.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Las princesas cisnes estarán atentas al próximo tijeretazo para volver a quitarse las plumas y regresar a la cerveza tropical y las papas con mojo...

Lady bala roja

Anónimo dijo...

Me congratula en extremo que las princesas cisne hayan tenido una grata estancia en aquellas latitudes exóticas. Naturalmente el elfo cartagenero estuvo a la altura de las circunstancias como gran anfitrión e hijo adoptivo del Gran Can, obsequiándolas con las mejores ofrendas. Os mando mil besos con aroma chorgan-tropical.